Hoy, 5 de enero de hace justo un montón de años (pero que muchos), el vecino me consiguió un trabajillo de un día para poner las frutas escarchadas en los roscones de la pastelería donde él trabajaba.

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Obviamente, eran otros tiempos y era en "negro", claro está.

Como buen JASP, (si eres de mi quita recordarás la referencia a joven aunque sobradamente preparado), me levanté superpronto y acudí dispuesto a darlo todo

"Aquí coges los roscones, aquí está la fruta y los metes en estas cajas. Los vas apilando aquí. No te entretengas que hay mucho currele" fue mi onboarding. Tal cual me dio las instrucciones, tal cual se fué a despachar

Pinpan pinpan fui sacando roscones a toda mecha como buen becario aplicado (admito que alguna frutilla caía en mi boca durante el proceso)

A media mañana, el pastelero con cara satisfecha y clientela casi despachada entro a supervisar la faena

Quiero recordar su cara enrojecida, pero sería mentir, mis recuerdos no llegan a tanto, pero sí recuerdo cuando me gritó

"pero qué estás haciendo????? En las de cuarto solo tienes que poner 4 frutillas y en las de medio 6!!!!!!" (Cifras inventadas porque no me acuerdo ya)

Sin niguna instrucción previa y simplemente usando mi intuición de lo que a mí me gustaría ver en un roscón había puesto frutitas a discreción.

Su cabreo y desesperación fue en aumento según abría cajas y veía que me había aplicado a conciencia.

Creo recordar que aún así, al terminar el día, me pagó lo que le había dicho a mi madre que me daría.

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