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Joey
Joey

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Software, egos y paradojas

X es un lenguaje de programación. X no es un lenguaje de programación. La única forma de hacer A es B; C, D y E son soluciones "de cuarta". De una persona de tu seniority, esperaba más.

¿En qué momento la industria del software se convirtió en una competencia de egos, tan alienante que tiene la capacidad de destruir la seguridad en sí mismas de personas que se rehusan a tomar parte en un juego tan perverso?

Una de las profesiones que más nos empodera desde la creación pareciera pecar de un conservadurismo que atenta contra la diversidad y el cuestionar, y de un elitismo tal que pobre de la persona que no conozca o adhiera a determinado concepto.

¿Cómo es posible que una industria como la nuestra sea tan cambiante y, paradójicamente, tan reacia a aceptar lo diferente, lo nuevo?

El concepto de gatekeeper (o como cierta revista de computación tuvo el infortunio de traducir en 1994, "líderes de opinión") parece persistir aún en nuestros días,
y lo vemos reflejado en todo tipo de discusiones en la industria tecnológica.

Recientemente en Twitter, me crucé con este meme:

En el video, se ve el texto "When a senior developer comes to solve the problem" ("Cuando el desarrollador senior viene a resolver el problema"). El desarrollador senior está representado por un súperarchimegacamión que se lleva por delante una doble fila de autos: lo que vendría a ser el "problema" (¿o quizás la gente con la que trabaja? Ya vuelvo a esto).

Es notable que en unos segundos de imágenes se deja entrever un rasgo muy arraigado en la industria: el fomento del individualismo, la mitificación de ciertos héroes, y la promoción de estas actitudes como "lo que se necesita" o "lo que se espera". Casi como el personalismo que domina a la política en Argentina-- no, alto. Acá no quiero hablar de un tema tan complicado, pero no pude evitar pensar en el parecido (en este punto en particular).

Esto ya había tenido presencia en Internet recientemente, bajo el nefasto nombre del 10x engineer, luego de títulos de "rockstar", "ninja", el mal usado "hacker", el robado del reporte "crack" o su versión de la NBA, "all-star"... y la lista sigue.

Naturalmente, Twitter no tardó en hacer de esto un meme, porque... bueno, es Twitter, ¿no? Un posteo de Cassidy Williams
resume el modelo mental de estos personajes (es una parodia, pero como toda parodia, con su buena cuota de verdad), con frases como:

  • Todo lo que dijeron en esta reunión es obvio y todos ustedes, obviamente, son más inseguros que yo.
  • No puedo mentorear a otras personas porque siempre seré mejor.
  • Las habilidades de comunicación son para personas que no tienen la razón.

Nota: El uso del género masculino en esta traducción es deliberado y hace al punto que estoy discutiendo en el artículo.

¿Por qué este culto estúpido e insensato hacia el individuo? Está repleto de buenas prácticas en torno al trabajo en equipo, a la actividad colaborativa, al intercambio de ideas, y sin embargo, acá estamos, en una de las industrias más
creativas e innovadoras del mundo, donde todos los años no se alcanza a cubrir la cantidad de puestos en IT necesarios para todo el trabajo que hay para hacer, y hay empresas que van en contra de la diversidad, culturas corporativas ultraconservadoras que fomentan la competencia entre pares como principal motivador y un estilo de liderazgo autoritario que castiga el cuestionamiento y recompensa la obediencia ciega.

¿Cómo es posible que habiendo lugar y oportunidad para cualquiera que se quiera sumar a este espacio, seamos tan ignorantes de creer que el conservadurismo es la respuesta?
¿Tanto miedo le tenemos a lo distinto? Y por distinto me refiero a todo aquello que no coincida con el ego de la persona (generalmente un hombre, qué sorpresa), elevada
al status de "leyenda" en estos equipos.

No hace falta entender física cuántica para entender que equipos más diversos generan mejores procesos de ideación, precisamente porque sus integrantes tienen distintos perfiles, historias y formas de pensar. Pero parece que en ciertos círculos de la industria, el mensaje todavía no llegó, y así tenemos la brecha de género y la marginalización de las personas trans. ¿Y por qué? Porque escuchamos a estos ídolos que marcan el norte de la industria y colectivamente no se los interpela, no se los cuestiona.

Estuve de los dos lados de la moneda: soportando dinosaurios y viendo equipos que prosperan gracias a su diversidad, empuje colaborativo y pensamiento creativo.

Ya sabemos lo que le sucedió a los dinosaurios, ¿no?

Si estás leyendo esta nota y tenés la responsabilidad de coordinar un equipo, no pretendo darte la receta que lo resuelve todo porque no la tengo, pero al menos invitarte a reflexionar sobre si el camino que estás tomando es el mejor.

Hay espacio para progresar en conjunto. No hace falta andar pisando cabezas ni humillando a colegas por no saber X o Y. Nada de eso debiera importar. Nadie sabe todo ni tiene por qué saberlo todo.

Creo que la invitación es clara: seamos más consistentes como inudstria. Si somos sinónimo de progreso e innovación, pensar como la Santa Inquisición en el medioevo no puede ser la respuesta.

Top comments (1)

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Erin Bensinger

¿Cómo es posible que una industria como la nuestra sea tan cambiante y, paradójicamente, tan reacia a aceptar lo diferente, lo nuevo?

👏👏👏 Eso! No soy dev entonces no puedo hablar sobre el individualismo tóxico en la industria, pero creo que este idea también se aplica al argumento por la diversidad y la inclusión en el mundo de tech (y más). Creo firmamente que es hipócrita trabajar en tech y no soportar identidades diversas ni incluirlas por esta razón exactamente.

Gracias por el post estimulante. Salud!