La pereza en el trabajo: Cómo aprovecharla sin ser despedido

En una publicación anterior, mencioné como ser "perezoso" podía aportar mucho a nuestro trabajo, así como a evitar errores innecesarios. ¡Suena genial! ¿Cierto?

Sin embargo el uso indiscriminado de la pereza puede traer más problemas que beneficios. Las operaciones perezosas suelen hacer que nuestro código sea más difícil de entender, depurar y probar. A veces, es posible que ni siquiera se sepa cuándo o cómo se evalúa una expresión, o qué efectos secundarios podría tener. Y si no se tiene cuidado, podríamos terminar con una expresión enorme que nunca se evaluó o peor aún, provocar un desbordamiento de la pila de tareas.

Todo gran poder conlleva una gran responsabilidad

Algunas de las consideraciones que podemos tener en cuenta ante el uso de las cargas o evaluaciones perezosas son:

• Utilizarlas sólo cuando tenga sentido. No hay que ser perezosos por el simple hecho de serlo, si una expresión es barata de calcular, o se necesita su valor de inmediato simplemente hay que ejecutarla y ya.
• Ser consciente de las compensaciones. ¿Se puede mejorar el rendimiento y la modularidad? Sí, pero también se puede introducir complejidad e imprevisibilidad; entonces hay que asegurarnos de comprender los beneficios y costos de su uso en un contexto específico.
• Probar el código a fondo. Es muy probable que éste sea más propenso a fallas y errores por ello debemos asegúrenos de probarlo con diferentes entradas y escenarios, y así verificar si hay comportamientos o resultados inesperados.
• Documentar todo, bueno... No todo. Las operaciones perezosas pueden hacer el código sea menos legible y mantenible; entonces es recomendable asegurarnos de documentar claramente y explicar por qué y cómo se usaron.

El desarrollo con un enfoque perezoso es una herramienta poderosa que puede ayudarnos a escribir un mejor software. Pero como cualquier herramienta, también puede ser mal utilizada o abusada. Usa la pereza con cuidado y precaución para aprovechar al máximo sus beneficios sin caer en sus posibles problemas.

Recuerda ¡No dejes que la pereza se apodere de ti!