Hay que ser muy aventurado para poder realizar un cambio de carrera a los 28 años. Hoy en día puedo ver que las personas están esforzándose por integrar las filas de la fuerza laboral en áreas de tecnologías de la información. Afortunadamente tuve el ímpetu de hacerlo y hoy cuento con el historial de realizar ese cambio en una etapa previa a la pandemia de Covid-19.
Mi nombre es Antonio, soy periodista deportivo, aunque ya no ejerzo la profesión, tuve la satisfacción de trabajar durante 8 años en medios de comunicación. Uno de los problemas es que empecé a trabajar a los 19 años en ese gremio y cuando ya tenía experiencia profesional, lo que me faltaba eran experiencias de vida laboral.
Renuncié a mi trabajo como reportero en el noticiero México al Día (que se transmitía en Canal 22 antes de la 4T), y se me hizo fácil buscar trabajo después de presentar mi renuncia: ERROR.
Tuve muchas experiencias, cobertura de:
- Liga Mx (temporada regular y finales)
- Eventos de CONADE
- Tiro con arco
- Serie NASCAR
- Boxeo
- Y una basta cantidad de conferencias de prensa
Pero de todas esas experiencias hubo un momento en un evento en el centro de convenciones de Banamex en Santa Fe... creo que se trataba de alguna presentación de la Selección Mexicana, pero en un "chacaleo" los mismos aficionados presentes peleaban con los reporteros por acercarse a los futbolistas y en un conato de bronca entre un camarógrafo y una persona del público le gritaron al camarógrafo: > Para los $5.00 pesos que ganas, güey.
Esa frase fue muy cruel, fría, dura, pero contundente: Yo llevé esas en mi subconsciente durante mucho tiempo. Al escucharlo nodije nada, más que dialogar con mi mente: > Chale, es cierto.
Afortunadamente ingresé a las filas de otromexico sc y viví el periodismo en otra faceta: buena redacción, trabajo bajo presión, coberturas, lecturas (de todos colores y sabores) y las temáticas como el enfoque de los derechos humanos, igualdad de género y también el gusto de trabajar (nuevamente) con WordPress. Se me olvidaba, también vacaciones y un horario laboral de lunes a viernes (y el premio de salir temprano los viernes si cumplía con llegar puntual todos los días de la semana anterior).
En cierto momento me convertí en experto en la configuración de los sitios con dicha tecnología, configuré muchos Themes y Plugins. También diseñé en CANVA y redacté muchos post para redes sociales, es decir, también me convertí en Community Manager (vaya pedazo de pulpo, eh). Fueron casi 3 años en esa fabulosa experiencia, porque iba creciendo a nivel personal (aunque con un sueldo de periodista) y ya tenía más experiencia de vida (amores y desamores).
En ese momento se conjugó todo: mi anhelo por tener un mejor sueldo, especializarme aún más en el desarrollo web (Angular ya existía y mi hermano ya disfrutaba las mieles de un perfil Senior en programación) y mis ganas de aprender y adquirir conocimientos se incrementaron.
En 2015 inicié la carrera en la UNADM: Licenciatura en Ingeniería en Desarrollo de Software. La vine a terminar hasta 2022 porque en ese periodo de tiempo cambié de trabajos, conocí a mi esposa, tuve mi primera hija, salí de casa, me operaron de la rodilla (ligamento anterior cruzado y menisco). Es decir, también viví.
Pero, ¿cómo fue el cambio a TI? Básicamente por ese gusto por las computadoras busqué una oportunidad y ahí aparece mi papá, pues fue él quien me consiguió la oportunidad de trabajar como encargado de sistemas en una empresa de logística.
Es fantástico cuando sabes que vas a estar reparando computadoras, aunque inicialmente la idea era desarrollar un sistema de stock de inventarios. Pero la dirección general de esa empresa: Global Logistics, decidió lo contrario. Y yo tuve que acatar las órdenes.
En realidad fue mi primera experiencia, y la conseguí por medio de palanca (como se dice aquí en México), pero una cosa es conseguir esa oportunidad y otra mantenerse.
Así, en primer empleo de TI que fue en 2017, implementé varias cosas: Cableado estructurado, instalación de software (con y sin cracks), proveeduría, optimización de la red, soporte de primer nivel, formateo de equipos y un basto checklist a la orden del director con tres almacenes entre Tlalnepantla y Tultitlán. Y bueno, la no grata experiencia de trabajar los sábados.
Básicamente el cambio de carrera lo hice por intención, porque si bien fue por palanca, se requirieron de habilidades de computación, y sobre todo la motivación para saber que iba a empezar desde 0, pero sin marcha atrás.
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